EL HOTEL DE LAS GEMELAS
Julieta 5ºPR
Una noche, una familia iba en coche hacia un pueblo que estaba muy lejos. Caía una tormenta que apenas dejaba ver la carretera. Tras conducir varias horas, por fin encontraron un hotel donde pasar la noche.
El hotel no tenía buena pinta y, además, no tenía recepción. Al entrar, vieron que todos los cuadros eran de unas niñas gemelas con un aspecto un poco siniestro. De repente, apareció la recepcionista, quien, por lo que parecía, era la madre de las gemelas. Nos dijo que se llamaba Beatriz.
Cuando fuimos a la habitación, escuchamos a unos niños llorando. Bajamos y le preguntamos a Beatriz, quien nos pidió que guardáramos el secreto. Nos explicó que los llantos pertenecían a los espíritus de sus hijos, que habían muerto en un accidente de tráfico junto con su marido. Nos fuimos corriendo de allí, horrorizados, y nunca volvimos.
EL OSO Y LA NIÑA
Había un oso en un oscuro bosque, y cerca solo había una casa donde vivían una niña y su mamá. Una vez, la mamá salió, y la niña se quedó sola mientras llovía, tronaba y estaba oscuro. La niña tenía seis años.
El 25 de noviembre cumpliría siete años. La niña y su mamá eran de Rusia, pero la mamá murió.
EL ESCONDITE ¿JUEGAS?
Daniel 6 PR
Este relato, por fantástico que parezca, me sucedió el treinta y uno de octubre, hace dos años. Este día se recuerda a los difuntos y a los ángeles, aunque yo pienso que en esta fecha ellos vienen a visitarnos.
Mis padres se habían ido a trabajar, y yo me quedé solo en casa con mi primo Luis. Estuvimos jugando a la consola hasta que oscureció, y entonces decidimos jugar al escondite. Empecé a contar hasta diez mientras él se escondía: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez. "Quien no se haya escondido, tiempo ha tenido."
Empecé a buscarlo. La única norma era no encender las luces para que el juego fuese más difícil. Primero busqué en el cuarto de mis padres: miré bajo la cama, levanté las sábanas, pero no estaba ahí. Luego abrí el armario y miré en el baño… pero no lo encontraba. Fui al salón, miré detrás de las cortinas, en el rincón del sofá… Y tampoco estaba.
Mientras lo buscaba por toda la casa, intentaba concentrarme en los sonidos a mi alrededor. De repente, un ruido extraño vino de la salita. Me acerqué por el pasillo de puntillas, listo para sorprender a mi primo. Entré con mucho cuidado y escuché un ruido dentro del armario. Sonreí pensando que al fin lo había encontrado.
Abrí la puerta del armario lentamente y empecé a mover los abrigos, pero no encontraba a Luis. De repente, la habitación se iluminó con los faros de un coche que pasaba por la calle y, justo en la esquina del armario, vi a una niña sentada, vestida de blanco. Levantó la cabeza hacia mí y, con una sonrisa malévola, dijo: "¿Quieres jugar conmigo?"
Cerré de golpe la puerta del armario y salí corriendo hacia la escalera a esperar a mis padres. Cuando llegaron, les conté lo sucedido. Entramos en casa y encendimos todas las luces. Al rato, vimos que mi primo se había quedado dormido entre mis peluches. Mi padre abrió el armario, pero ya no había nadie.
Os aconsejo que no juguéis al escondite en la noche de Halloween. La niña de blanco nos vigila.
LA NIÑA DEL EXORCISTA
Izan 5PR
Regan, una niña de doce años, sufre fenómenos paranormales, como la levitación o la manifestación de una fuerza sobrehumana. Su madre, aterrorizada, somete a su hija a múltiples análisis médicos que no ofrecen ningún resultado. Desesperada, acude a un sacerdote con estudios en psiquiatría.
MANITOU
Izan 5PR
Hace muchísimos años, a los campamentos llegó un joven llamado Manitou. Debido a su mal comportamiento, fue expulsado y decidió vengarse por toda la eternidad. Aunque esto ocurrió hace mucho tiempo, Manitou sigue visitando los campamentos.
Podemos saber que está cerca porque, antes de su llegada, se escucha un sonido similar al de un tambor. En ocasiones, al despertar, algunos niños descubren que les ha dibujado en la frente o en el cuerpo una letra "M" de color rojo, pintada con sangre.
LA CAJA
Blanca 5PR
Yo estaba en mi casa cuando sonó el timbre. Al abrir la puerta, encontré una caja extraña. La abrí, y dentro estaba una ouija. Jugamos, y entonces las luces se apagaron, las ventanas se cerraron… y nunca más se volvió a hablar de lo que sucedió.
LA NIÑA FANTASMA
Marcos 6PR
Era la noche de Halloween, y Bruno, un niño de once años, se estaba preparando para salir a hacer truco o trato. Iba disfrazado de esqueleto. Después de haber recogido ya un buen puñado de golosinas, decidió volver a casa. Entonces la vio: una niña sentada en un banco, parecía asustada, así que decidió acercarse para preguntarle qué le ocurría.
Era una niña delgada, pálida y con la ropa muy estropeada, de más o menos su edad.
—Hola, ¿te pasa algo? ¿Te has perdido?
—Hola. No encuentro a mi familia.
—¿Por dónde estaban cuando los perdiste de vista?
—No me acuerdo.
—¿Dónde vives y cómo te llamas?
—Me llamo Marta y vivo en la calle Real, número seis.
—Ah, sé dónde es; te voy a acompañar.
Entonces se dirigieron a su casa. Cuando llegaron, Bruno tocó la puerta, y los padres de Marta le abrieron.
—Hola —dijeron los padres—, ¿qué necesitas?
—He venido con su hija Marta, que se había perdido. La encontré en un banco.
—Pero… si mi hija murió hace días.
Bruno se dio la vuelta, asombrado, y miró hacia el lugar donde había estado Marta… y descubrió que ya no estaba allí.
UN SUEÑO HORROROSO
Amelia 6PR
Alison dormía tranquila, aunque le costaba un poco conciliar el sueño, ya que los vecinos estaban haciendo obras. Mientras dormía, oyó un ruido proveniente de la cocina. Algo preocupada, fue a revisar. Mientras intentaba descubrir de dónde había venido el ruido, un jarrón cayó detrás de ella. Se asustó tanto que tropezó y cayó. Al levantarse del suelo, vio una sombra en el pasillo.
Corrió hasta su habitación, muy asustada, cerró la puerta y se escondió en su cama. Minutos después, alguien llamó a la puerta de su cuarto. Alison no dijo nada. Todo estaba en silencio hasta que la puerta se abrió, y la sombra apareció, mirándola fijamente. Era negra, con ojos rojos y una boca… muy sangrienta. En una mano sostenía un cuchillo, y se iba acercando cada vez más, lentamente. Agarró el cuchillo con ambas manos y…
Alison se despertó. Su corazón latía muy rápido, y solo pudo decir: “Fue un sueño… uff.” Pero entonces se detuvo y murmuró: “¿Qué es eso…?”
EL HOMBRE DE LA CARRETILLA
Manuel 5PR
Érase una vez una niña que solía ir con frecuencia al parque de un pueblo llamado Zana Nui. Una noche, mientras iba de camino hacia allí, vio entre la oscuridad a un hombre con algo en la mano. No lograba distinguir qué era, así que se fue acercando. Al acercarse, notó que el hombre llevaba una carretilla. En ese momento, sintió un fuerte golpe en la cabeza, y todo se sumió en oscuridad.
Al día siguiente, una señora que paseaba a su hijo en el parque vio un rastro de sangre. Extrañada, decidió seguirlo. El rastro la llevó hasta una vieja casa, donde, desde la ventana, alcanzó a ver una carretilla de la que goteaba algo rojo. De repente, un hombre abrió la puerta de golpe, con las manos cubiertas de lo que parecía sangre. La mujer corrió despavorida para avisar a la policía.
Los agentes acudieron de inmediato al lugar y, al investigar, descubrieron que se trataba del pintor del pueblo, quien había estado derramando pintura roja por todas partes. Luego, los policías se dirigieron al hospital, donde encontraron a una niña que había llegado tras golpearse en la cabeza con una rama mientras jugaba en el parque.
LA NIÑA
Claudia 5PR
Érase una vez una niña llamada Alejandra, que vivía con sus padres y tenía una amiga un poco extraña. Un día, salieron juntas, y de repente la amiga de Alejandra y su amigo vieron una sombra muy rara, como si se estuviera moviendo. Se acercaron para ver qué pasaba y vieron que la sombra salía de la pared. La sombra las atrapó y las llevó a su casa.
Estaban muy asustadas, pero la amiga extraña tuvo una idea: escapar por una puerta. Al abrirla, se encontraron con mucha gente extraña: payasos, muñecos diabólicos que intentaban hipnotizarlas. No sabían qué hacer ni cómo huir de aquel lugar, que parecía un castillo… un castillo tenebroso. Pero decidieron que debían hacer lo que fuera necesario para escapar.
Finalmente, encontraron una salida y lograron escapar. Por fin, llegaron a su casa sanas y salvas.
LA PRIMA
Un día, una niña estaba en la comunión de su prima Dalma. La niña necesitaba ir al baño, así que fue. Cuando iba a salir, la puerta se cerró de golpe, haciendo un ruido muy fuerte. Al darse cuenta, escuchó ruidos extraños y vio un papel que decía: “Feliz día de tu muerte”. La niña se asustó mucho y comenzó a gritar, pero nadie la escuchaba. Pasaron muchos años y, desde entonces, nadie la encontró.
LA NIÑA DEL POZO
Había una vez una niña a la que le gustaba jugar en el patio. Un día vio un pozo y, por el reflejo de la luz, se acercó y se resbaló. Un niño que jugaba cerca del pozo se acercó también y, al intentar ayudarla, se resbaló. La niña, en su desesperación, intentó hacerle daño, pero el niño logró sobrevivir.
Al ver al niño ensangrentado, su madre se preocupó y fue a buscarlo. Allí, junto al pozo, recordó que su propio padre había muerto, así como el resto de su familia, excepto su madre.
La niña quedó atrapada en el pozo, sin comer ni beber, y finalmente murió de hambre. Sin embargo, un día, un hombre le dio de comer y ella recordó cuando su padre la alimentaba. María, que así se llamaba la niña del pozo, no tenía familia, ya que la habían abandonado cuando solo tenía tres años. Llevaba un vestido blanco, y al caer al pozo se raspó y se llenó de sangre.
María llevaba consigo un peluche de oso que le habían regalado los Reyes Magos y su vestido había sido un regalo de Papá Noel. Sus padres murieron en un accidente de tráfico, y sus abuelos fueron asesinados durante un robo. A causa del bullying que sufría en el colegio, se convirtió en la niña del pozo.
EL CAZO ENCANTADO
Sofía 5PR
Un grupo de amigas quedó en la plaza de su pueblo la noche de Halloween para pedir caramelos. Fueron a varias casas y, en una de ellas, llamaron al timbre, pero no había nadie. Sin embargo, habían dejado en la puerta una cesta llena de chucherías con un letrero que decía: "No coger muchas". Las chicas ignoraron el cartel.
Cuando se iban a ir, notaron algo extraño y, de repente, fueron absorbidas por un cazo. Llegaron al más allá, un lugar lleno de monstruos horribles y zombis. A lo lejos, vieron un libro de hechizos y comenzaron a buscar uno que las llevara de nuevo a su pueblo.
Desde entonces, nunca más volvieron a comer chucherías y siempre prestaron atención a todas las advertencias que encontraban.
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